DIRECTOR: Park Chul-Soo
Pues muy bien, aquí estoy de nuevo ante una película de esas “a todos le gusta menos a ti”. Por aquí y por allá leo elogios de toda clase para un filme que a mi parecer, tampoco se lo merece. La historia es verdad que es un punto y aparte pero quitando eso, en lo que respecta a los otros campos anda muy regular rozando inclusive el ridículo.
Como ya he dicho la historia es lo que más destaca, el
contraste de vida que llevan dos vecinas de un bloque, la de la 301 es un
enferma de la cocina y la de enfrente (302) una escritora anoréxica. ¿Vaya
diferencia, no? Pues como ya se verá al final del metraje, tienen más cosas en
común de lo que uno cree. Pero vamos, que ese nexo no va más allá de las
típicas confesiones donde una le cuenta a la otra sus traumas de la infancia y
sus desgracias para después terminar de la manera más impactante posible y de
esa forma, provocar aplausos entre la ignorancia acompañada cuando no, de algún
que otro premio. Que una película trate un tema delicado con una narrativa poco
habitual no la convierte para nada en una obra de arte o de culto; concepto que
más de un imdbero tiene equivocado… ¿Entonces tan mala es la peli? Sí y no.
Para empezar uno no se entera de nada hasta pasada la media
hora, aunque creo que sería más correcto decir que lo exponen todo una forma
tan caótica que uno se queda con cara de tonto hasta que le pilla el ritmo.
Segundo, parece que según la cinta, cualquiera puede entrar en tu casa sin
llamar, preguntarte como quiera lo que quiera, curioseando y cotilleando si
puede ser para que además te tengas que comportar gentilmente con él/ella.
Tercero, ¿tú te crees que los asiáticos son tontos? Cuando quieren plasmar de
verdad un trauma infantil o no de una persona, se esmeran y encima le echan
ganas para que mientras que estés viendo la escena sientas una mezcla enferma
de sensaciones, no lo que tenemos aquí. Esto es un montón de flashbacks que se
toman su tiempo (total, habrá que rellenar algo) en contarte unas historias que
vale, la idea que quieren transmitir la dan, pero de una forma algo…
superficial, grabando un par de planos y poniéndote en situación rápidamente
para ¡hala! seguimos rodando en el apartamento.
Puedo entender tranquilamente y sin problemas que algunas
personas sean más tímidas y reservadas que el resto, pero de eso a la
protagonista del 302 hay un gran pero gran abismo. Parece que cualquiera puede
decirle lo que quiera e importunarla sin que ella se queje, el ser humano tiene
un límite y por muy jodido que estés, nadie va a traspasar la barrera del “basta”.
Pero claro, este… no es caso. Y eso me pone de los nervios, lo dice alguien que
ya ha visto suficientes escenas del estilo y sabe la diferencia entre “me vale
más callarme para después actuar” y el ser estúpido.
Por otra parte la manera en la que dan a entender lo mal de
la cabeza que están las dos protagonistas, con su vida pasada y demás está muy
bien plasmada y la película no te aburre con la fórmula aunque el exceso de esa
narrativa antes comentada cansa, por no decir que personalmente no es mi tipo
de película. Quitando subjetividades del camino y continuando con el análisis,
mencionar las actuaciones, esto resulta una de cal y otra de arena. Las vecinas
están muy bien metidas en sus correspondientes personajes, dándoles una
veracidad muy acertada, pero desgraciadamente los secundarios resultan bastante
ridículos.
Añadir que si la ves, ve con la idea que no es de terror, ni
visceral ni psicológico, sino más bien un drama muy gris donde el grueso del
mismo es el pasado de las protagonistas.
Podría decirse que en general, la idea era buena pero una
mejor dirección y un trato diferente con la historia original hubieran hecho de
301/302 una maravilla aterradoramente veraz.
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