14 ene 2017

Celluloid Nightmares

Título original: 無残画 (Muzan-e: AV gyaru satsujin bideo wa sonzai shita!)
aka: Muzan-e
aka: Celluloid Nightmares
Japón, 1999, Daisuke Yamanouchi






















Muzan-e: relieves japoneses grabados en madera, que trataban escenas violentas y pornográficas publicadas en los periodos Edo y Meiji (siglo XIX). Tiempo más tarde se consolidaría como pilar de inspiración del “ero guro”.

La historia narra en formato cámara en mano, la investigación que lleva a cabo una periodista de una productora de TV, para descubrir y desvelar al público la misteriosa desaparición de una actriz porno del cine para adultos (o también llamadas AV). Una cosa lleva a la otra y al final la compañía empieza a abandonar el proyecto ante la falta de más pruebas y sucesivos callejones sin salida que se presentan. Sólo tres gatos (entre ellos la protagonista-reportera) tendrán que continuar con las pesquisas. ¿Hasta dónde llegarán para descubrir la verdad?

El director encargado no es otro que Daisuke Yamanouchi, un tipo cuya reputación se reduce  a cuatro películas pseudo snuff, con gore y toneladas de violencia explícita sin un mínimo de censura. No es más que otro de muchos cineastas de tercera que se guarnecen bajo la gigantesca industria del V-Cinema japonés, sacando producciones de bajo coste con casi nula calidad. Cabe decir que a pesar de indagar solo superficialmente en este tipo de mercado, si realizamos una mínima búsqueda por Internet veremos que, el señor Yamanouchi tiene algún que otro reconocimiento (7 premios, que se dice rápido).

Como ya comenté al inicio, la historia gira en torno a una mujer, reportera que cubre el caso de la desaparición de una actriz porno. Para ello irá atando cabos de la información que llega a su modesta agencia, la cual planea arrojar algo de luz sobre el asunto. Lo que ni la protagonista ni nosotros sabremos son las atrocidades a las que nos veremos expuestos. Tendremos de todo habido y por haber: las parafilias más perturbadoras y repugnantes jamás imaginadas por el ser humano; violencia explícita, sangrienta y sin tapujos, escenas totalmente asquerosas en las que si no volteas la cara o sientes arcadas definitivamente no eres humano… En resumen, un conjunto de canalladas impensables.

No quiero revelar mucho porque estaría desvelando el shock factor del filme (y su fuerte a la vez) pero si pensaron que Guinea Pig 2 era dura, entonces no han visto nada. Y con eso lo digo todo. Torturas de pesadilla, vejaciones sexuales o mutilaciones son algunos ejemplos, aunque lo peor no es eso, sino contemplar a ciertos personajes (de dentro de la película, no malinterpreten) a los que les encanta hacer tales canalladas, por lo tanto, aumenta nuestra repulsión y rechazo a las escenas ya de por sí desagradables.

Pero, ¿es esto lo mejor que nos puede ofrecer esta cinta? Claro que no, ya que tal cosa se puede encontrar de forma parecida en una amplia gama de películas del estilo. No, me refiero a la dirección. ¿Pero este tipo de pelis tiene guión acaso? Se preguntará alguno. Igual de sorprendido me quedé yo. Las actuaciones por parte de nuestra protagonista y la asombrosa capacidad de transmitir realismo y veracidad durante TODO (y cuando digo todo, es todo), el film resulta lo verdaderamente perturbador. Como espectador empiezas a ver la película con pocas expectativas dudando que te sorprendan, pero la perfecta narrativa con el que se suceden los pasos de la investigación y reacciones propias que tiene la protagonista ante ciertas escenas hace inevitablemente, que te vayas creyendo poco a poco lo que te van mostrando. Esto mismo, unido a la violencia degenerada, produce el auténtico terror que intenta transmitir en infinidad de ocasiones el film. Por ello mismo hay que reconocérselo.

Digo, es cierto que estamos ante una de las películas más duras que te puedan tirar a la cara, pero también tenemos que considerarla dentro de su tipo de cine y género. Eso, y por no mencionar cierto plot twist que nos dejará con la boca abierta en el preciso momento. Sin lugar a dudas, muy bien estudiado. De hecho, y tampoco sin entrar en materia, el director aprovecha tal cosa para realizar una crítica (muy acertada también).

Entonces si echamos cuentas nos queda un producto repulsivo y enfermizo a la vista pero que, dentro de su género rompe moldes y sobresale. Bajo el punto de vista del entretenimiento le pondría un 0 sinceramente, no sé quién en este mundo se puede divertir viendo semejantes atrocidades. Si quieren saber mi experiencia tengo que admitir haber apartado la vista en algunas partes, aun considerándome de estómago fuerte. También en algunas ocasiones me he planteado seguir viendo la película o simplemente pararla y punto, ya que el miedo que sentía a seguir contemplando tales horrores me ahogaba. Pero si deciden verla al final, solo tengan presente la advertencia que lanzan al comienzo del metraje, es solo una película.

Me he reservado el hecho de describir con mayor detalle ciertas escenas o momentos, por la gente que me lee y no sé a ciencia cierta la edad que tienen. Pero desde ya advierto que NO vas a encontrar algo parecido a lo que piensas.

Y que no les engañe la baja calidad con la que se ve todo, pues esto es para las producciones de este estilo, el mejor camino para lograr su propósito, aterrar.





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