DIRECTOR: Kôji Shiraishi
Estamos ante la última propuesta personal que Shiraishi realizó de su Noroi-trilogy. La primera película y la mejor valorada por el público (donde yo también me incluyo) trataba el terror desde otro punto de vista alejándose notablemente del efecto SadaNami; Occult se descuadraba de cualquier esquema antes visto y aunque no fue satisfactoria para algunos sí que seguía manteniendo una esencia de terror a lo desconocido muy bien lograda y confundiendo al espectador. Shirome sigue con la primigenia idea de mantener dioses o entidades furiosas que se la agarran con los mortales pero todo ello llevado a cabo desde otra perspectiva y con bastante fanservice.
Te hago una pregunta, querido lector: ¿Eres fan del grupo
idol “Momoiro Clover Z” o simplemente te gustan las adolescentes japonesas que
reaccionan de forma kawaii al terror? Si tu respuesta es no porque lo que andas
buscando es terror de marca asia pata negra, te aconsejo encarecidamente que te
des la vuelta y pruebes suerte con otra película.
El director y en este caso también actor realizó Shirome con
el único propósito de entretener a aquellos fans de este grupo de música
mezclado con una peli de terror, y punto. De hecho es curioso leer críticas de
estos fans sobre la peli y cómo les ha gustado, normal. El papel de las chicas
en la película les viene perfecto para la imagen pública que tienen: niñas
adorables que se vuelven más kawaiis si se asustan (en la cinta gritan mucho y
casi todo el rato se lo pegan sollozando). No, no es que sea un enfermo y me
entretenga viendo el sufrimiento de los demás, sino que la idea del director se
llevó muy bien a cabo logrando su principal objetivo y como también se puede
ver, obviándose otros elementos vitales como el peso y originalidad de la
trama. Entonces desde ya tienes que ir mentalizado antes de ver la movie, y de
lo que te espera.
El guión de la peli es súper simple y plano: este grupo de
chicas es contratado por un equipo de TV (dirigido por Kôji) para que vayan a
unas ruinas con una tenebrosa leyenda urbana que la envuelve. Solo tenemos 3
escenarios distintos y en los tres abunda el relleno, un terror que no da
terror ni tampoco se sabe por qué lo ponen y a las idols gritando cada dos por
tres. Sobre el elemento del horror decir que hay muchas cosas que ponen para
dar la impresión de miedo pero no tienen un sentido lógico buscando únicamente
provocarlo en las protagonistas. El cineasta sigue con ese juego de
realidad-ficción pero como aquí servidor ya se vio y sufrió con Occult, está
inmunizado contra cualquier intentona. Y al igual que en la cinta mencionada
los efectos de ordenador para mostrar a los entes paranormales cantan a la
primera de cambio quitándole cierta atmósfera.
Por lo que nos damos cuenta de que la película está
destinada para un público en específico: fans del grupo. Mencionar también las
buenas actuaciones de todo el elenco en general y el hecho del estrellato del
grupo que utilizó Shiraishi para inventarse la leyenda y ese final tan
sorpresivo.
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