DIRECTOR: Masayuki Ochiai
¿Pero qué clase de insulto es este? | Ju-On: The Beginning of The End
No, no estamos ante una secuela directa de “La Maldición 2”
de Takashi Shimizu del 2003, tampoco es una precuela y menos una entrega que no
tenga nada que ver con las anteriores ni con los remakes gringos. Entonces… ¿qué
es? Pues aparte de ser una basura radiactiva del tamaño de nuestra galaxia es
un remake encabezado por el famoso productor del J-Horror, “Takashige Ichise”
el cual produjo junto con Shimizu hace 16 años las primeras de la saga Ju-On.
Lo más sorpresivo no es eso, ¡sino que el remake lo hiciese
el mismo país que sacó los filmes originales! ¡Cómo si no estuvieran contentos
con las masterpieces que parieron hace unos pocos de años! Para ponernos en
situación, es como si en unos años España sacase un remake de “Rec”, “El
laberinto del fauno” o “Abre los ojos”, por poner ejemplos de algunas obras
conocidas. A lo sumo me sorprendería que el propio país re-hiciese obras suyas
cuando la tarea esa la hacen en el 99’99% de los casos los yanquis copiones.
Supongo que viendo la fama esta de sacar reboots de hasta de
anuncios, a Taka le dio por subirse al carro y junto a Masayuki Ochiai (el pavo
que dirigió el innecesario y absurdo remake de “Shutter”) se pusieron tras las
cámaras y re-hicieron una de las películas más icónicas de todo el Asian-Horror
y el horror en general viendo que Takashi se había retirado del mito SAEKI por
un tiempo tras su pequeña colaboración con las Basudei del 2008. Pero vamos a
hablar de la película, que tiene tela marinera…
¿Os acordáis de la aterradora expresión facial de Kayako
(Takako Fuji) cuando avanzaba tranquilamente hacia su víctima? ¿O de aquella
mirada de loco que tenía Takeo (Takashi Matsuyama)? ¿Y de aquel pequeño Toshio,
con su apariencia inocente e infantil, incapaz de romper un plato para después
ser el más perturbador y sobrecogedor de los tres? Sin lugar a dudas a más de
uno nos dejó varias pesadillas y mal cuerpo, cumpliendo así su cometido como
buen filme de terror que es Ju-On, porque claro está, hablar del Asian-Horror
sin comentar a esta franquicia es como pretender hacer unas magdalenas sin
echarles levadura. Ahora bien, ¿qué sensación infunde la familia SAEKI en The
Beginning of the End? Pues vergüenza ajena.
Kayako es el miembro más aterrador, sobrenatural y terrorífico
de la familia y aquí es un simple maniquí estúpido que no aporta nada de nada.
Vale, está bien que muestran a una Kayako humana y en menor medida su forma de
espíritu vengativo, ¡pero es que de ninguna de las opciones inspira un mínimo!
La actriz que aunque se esfuerza, no le llega a la suela de los zapatos a las
majestuosas interpretaciones de Fuji. Ya el propio Shimizu habló sobre el
personaje de la señora Saeki en una entrevista: “de entre varias opciones, Fuji
es la mejor baza, sabe meterse en el personaje sin parecer forzada ni
sobreactuar, lo hace muy bien”. La actriz ésta (Misaki Saisho), con perdón pero
no vale para el papel que interpreta.
Tres cuartos de lo mismo para Toshio, ¿es un niño de 6 años
o un preadolescente? Madre mía, cuantos danoninos se ha ventilado el chaval,
menudo estirón a pegado. Al parecer se creían que si vertías un bote de pintura
blanca en un niño de 11 años y le ponías una peluca sintética iba a infundir el
pavor que tanto caracterizaba al célebre Toshio Saeki. Ni cuando te lo tiran a
la cara en plan screamer ni cuando intenta darte miedo con ciertas miradas mal
rolleras infunde respeto. Y ya ni hablemos de Takeo, ¿pero qué te han hecho
hijo mío? Juro que cuando vi al actor “”””””intentando””””” parecerse a Matsuyama
sufrí una mezcla entre arcadas y un facepalm legendario.
En cuanto a los demás personajes, algunos son un mero guiño
a la producción original, otra parte son secundarios olvidadizos, y la mayor
parte de la cinta te la pasas viendo las hermosas piernas de las colegialas.
Otro ingrediente primordial en las Ju-On de Shimizu era la
historia, y a pesar de que aquí se intenta emular el mismo estilo de desordenar
la trama espacio-temporalemente, resulta un propio fracaso, ya que la propia
película se hace tal lío que llega a rozar el absurdo siendo producto de un
galimatías que no tiene sentido. Al parecer se creían que si hacías una
película desordenada iba a colar. Bueno mejor me callo porque aún sigo flipando
cómo hay gente que considera esta grosería tóxica superior al producto original,
en fin…
Mientras que el cuidar la atmósfera mediante una buena
ambientación acompañada con una siniestra banda sonora, a la par que unos
buenos encuadres en The Beginning of the end el método utilizado para provocar “terror”
en el espectador son LOS PUTOS SCREAMERS, ¡el cáncer de las películas de terror
está asolando obras de culto del J-Horror! Esto empieza a ser muy preocupante, señores.
Lo vuelvo a repetir, el hecho de que te tiren una cosa a la cara NO ES MIEDO,
ES SUSTO. Sorpresa de toda la vida, que la sientes en el instante y punto, ni
pasas por esa incómoda sensación de Ju-On 1, por ejemplo.
Para finalizar comentar el apartado técnico. Un calimocho
mal batido entre una puesta en escena vista en multitud de ocasiones con una
casa muy moderna donde situar los acontecimientos, unos enfoques muy típicos y
que destrozan los originales. ¿Música? ¿Hay? Ni me acuerdo la verdad.
En definitiva éste nuevo capítulo de las andanzas de los
SAEKI resulta un total despropósito tanto para las producciones originales,
para los fans de terror oriental como para el mito de Kayako. Una auténtica
vergüenza que jamás debió haber sido rodada, siendo lo único que le puedo sacar
positivo, su cartel propagandístico, que mola un huevo por cierto.
2/10 y porque me siento generoso. Un consejo Sr. Ochiai,
dedícate a otra cosa en vez de destrozar obras de culto, como recoger los
tomates de GAINAX.
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