DIRECTOR: Kôji Shiraishi
Antes de empezar con la crítica/análisis de la película me gustaría decir dos cosas: va a tener spoilers y seguramente sea una review airada, así que si estás esperando el típico comentario que todo el mundo dice a lo “es que hay que tomársela a coña”, no lo vas a encontrar aquí.
Empecé a seguir esta película
desde que hará un año o más se pusiera a disposición del público el teaser tráiler.
Cautivarme fue poco, crecieron dentro de mí paulatinamente las ganas de verla a
medida que se daban a conocer nuevas noticias de rodaje y producción. ¡Por fin
podré ver en una película a mis dos grandes iconos del cine de terror japonés!
No solo a mí, una gran oleada de fans de cada universo también se alegraron que
su sueño se convirtiera al fin en realidad. Afortunadamente, para mí y mi
cariño hacia las emblemáticas yurei, la
lectura superficial de algunas reseñas poco satisfactorias del film me fueron
apagando poco a poco, las esperanzas depositadas en el ambicioso proyecto.
Asimismo, aprovecho para comentar que NO vi la peli con grandes expectativas y
por ello caló más en mí y esto influyera de alguna forma en todo lo que voy a decir
a continuación. Soy una persona que sé separar perfectamente el objetivismo de
las ideas u opiniones personales.
Entrando en la película ahora sí,
tenemos que tener en cuentas varias cosas:
a) Es un crossover antes que una de
terror
b) El director es Kôji Shiraishi
c) El estado del terror oriental
(e internacional) actual
Sobre el tercer apartado no quiero
explayarme ni comentar mucho porque ya lo he sacado en multitud de críticas,
además que en mi blog le tengo un espacio dedicado. En resumen puedo decir que
el panorama moderno del cine de terror es una auténtica bazofia (salvo
excepciones contadas con los dedos de Doraemon) con sus remakes de remakes,
segundas partes que nadie pidió, refritos de clichés para ganar dinero, HBAG’s…
Un desastre, vamos. Previamente había citado el apartado a) como el más importante
y no para menos.
Un crossover es un subgénero
cinematográfico fundado bajo tres grandes pilares:
-Es puro fanservice (los fans
piden la película)
-Está hecho para recaudar dinero
-La gracia radica en ver a los
protagonistas enfrentados dándose de ostias
El catastrófico y apocalíptico
fallo en el que cae ésta súper producción es no cumplir con el tercer postulado,
necesario como el agua cuanto menos si queremos satisfacer a los fans. Como
perfecta comparación me gustaría citar “Freddy vs Jason” o “Alien vs Predator” ya
que (independientemente que te gustaran o no esas pelis) cumplen con esos tres
requisitos. Cuando veíamos a Jason cortando cabezas con el machete o a Freddy
rajando desgraciados con su guante, era creíble porque en sus películas así lo
hacían; igual para el caso alienígena… Pero, ¿qué nos encontramos en Sadako vs
Kayako? De todo menos escenas adrenalínicas y terroríficas que INUNDEN TODA LA
PELÍCULA desde un principio hasta un fin, y no esos pobres 5 minutos finales en
los que a uno no le da tiempo de disfrutar absolutamente NADA. ¿Pero qué ha
pasáo? ¿Y esos giros tan rápidos de cámara? ¿Qué le habéis dáo, Redbull?
En b) mencioné al director, cuya
calidad de películas en general se mueve entre lo mediocre y la basurilla
barata (obviamente quitando excepciones como Noroi). Siendo también guionista
junto con Takashi Shimizu, el padre de Ju-On, creó esta cosa que se asemeja más
a una película normal y corriente de terror que un crossover, ¿por qué? No lo
sé a ciencia cierta, pero la verdad es que “del dicho al hecho, hay un trecho”
y me apuesto lo que sea a que después de la inocentada del 15 lo último que
sabría es que se haría realidad. Con el Word en blanco y sin idea de por dónde
empezar, vomitó una historia a reventar de clichés y el resto… ya se iría
puliendo sobre la marcha.
La historia es una gilipollez
tremenda sin sentido alguno que no tiene ni siquiera un estúpida y a la par
convincente (muy importante esto) idea para poner a las dos fantasmas a luchar.
Que si la típica escena de clase de universidad donde las protagonistas se caen
de sueño (súmale malas interpretaciones) y donde además el guión aprovecha para
informarte un poco sobre lo que vas a ver después, el típico personaje estúpido
y cliché como en nuestro caso es el profesor que no sirve para nada excepto
reírse de él, coincidencias apiladas unas encimas de otras, típica pendeja que
no para de quejarse cada dos por tres (¿voy a morir? ¿voy a morir? ¿voy a
morir? SÍ, por pesada), personajes sacados de la manga con una personalidad
estúpida y chulesca haciendo de único recurso argumental para dirigir el rumbo
de la película (el supuesto mega chamán tope cachas con su lazarillo que suelta
ZASCA’s contra la protagonista), inutilidad de los personajes principales (la
chica afectada por la maldición de Kayako es una mera receptora de la
información que le pasan sus compañeras de clase), etc. Una bazofia maloliente
enorme.
Si a mí me ofrecieran la misión de
dirigir una película de tal envergadura como ésta, en la que tendría que traer
de vuelta a las dos grandes pesos pesados del cine de terror japonés me gusten
o no, qué menos que realizarlo con un MÍNIMO de respeto. ¡Son clásicos! ¡Que
gracias a ellas tiene el cine de terror nipón el mérito que tiene hoy en día!
No vas a rodar una de miedo y ya está, vas a trabajar con iconos de culto. Y al
fantástico de Shiraishi no se le ocurre otra genial idea que mofarse de ellas o
sino de Toshio que lo pone a arrancar cabezas, de a gratis. ¿Dónde está esa
atmósfera malsana que tenían las dos yureis en sus cintas originales? ¿Sabes
acaso lo que es el verdadero terror, aquel que te remueve la cabeza una vez te
has ido a dormir? ¿Y sabes hacerlo? Parece que lo único que sabes hacer es una
atracción de circo.
Y bueno, explícame tú ahora la
vamos, fantástica idea que se le ocurre al de la chupa de cuero de enfrentar a
las dos. ¿Es que acaso las anteriores cintas de Sadako solucionaban la
maldición enfrentándose con Kayako? A esto me refería con falta de una idea estúpida y a la par convincente escrita
más arriba. Es que no tiene sentido, ninguno y al intentar dárselo te mueves en
un terreno fangoso que no se aguanta por ningún lado. Creo que voy a pasar de
comentar la fusión abominable (y seguro guiño a su Occult) entre las dos porque
es que me da un algo…
Yo no me quejo del final, bastante
abierto y a libre interpretación (que vamos, no tiene ni idea de cómo cerrar el
desmadre que se le formó y punto), y además de algunos sustillos tontos que uno
se pega sin darse cuenta pero tío, si vamos a hacer las cosas bien, hagámoslas
bien.
Me resultó curioso que, quitando
la extraña predilección por Sadako, ¿por qué no se le ofrecen más minutos en
pantalla a su contrincante? Más que nada porque el trabajo de maquillarla o vestirla y el trabajazo que tuvo que
imprimirle la actriz a su personaje de Kayako son mucho mayores que la otra.
Hablando del tema, me gustaría felicitar a ese grupo de personas que están
detrás de la creación de tales personajes fantasmagóricos, por las horas que le
echan en su diseño y puesta a punto y también, las actuaciones de Elly Nanami
(Sadako Yamamura) y Rina Endo como Kayako Saeki por esforzarse todo lo posible en
sus difíciles personajes.
Terminar diciendo que no es que
sea detallista (podría cagarme en la VHS de mierda de Sadako también, porque
tiene tela la pendejada esa), sino que ya podría ponerse en el lugar de los
fans más acérrimos y amantes de las dos sagas.
3/10 y porque me siento generoso.
amen
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