DIRECTORES: Hermanos Pang
Última película de la regular saga “The Eye” donde unos jóvenes que están de veraneo, pierden su avión de regreso a casa y no les queda otra que hospedarse momentáneamente en un hotel de mala muerte. Aviso a navegantes que el motivo por el que pierden el vuelo no es más que otra que una revuelta popular/manifestación, sorpresivamente original.
Con un presupuesto de $4.500.000 y habiéndolo invertido casi
todo en una soberbia digitalización y efectos 3D, esta cuarta entrega es el
síntoma del agotamiento y sobrexplotación en una saga que no debió haberse
estirado tanto, ya que con el peliculón original fue más que suficiente. Ni que
decir tiene que la crítica se cebó con la película tachándola de “falta de
consistencia”, no les quito la razón.
Los hermanos Pang, directores del film, reconocieron haber
producido la cinta en 3D por el auge que estaba suponiendo en aquella época en
EE.UU. y vieron que era una buena oportunidad para ser título de atención.
Como nos estamos dando cuenta, no se preocuparon en crear un
buen guión, sólo en los efectos especiales, los cuáles son lo único bueno que
tiene. La historia vuelve a utilizar el “horror-comedy” ya visto en “The Eye 3”
pero afortunadamente no resulta tan molesto como su predecesora.
La trama tiene momentos en los que se deja ver y si hubieran
profundizado en determinadas escenas les hubiera quedado una película más
terrorífica que los 2 o 3 repullos que me he llevado. En su más profunda
esencia es una teen movie pedorra donde los protas, o mejor dicho, nuestra
bellísima chica protagonista, van desenterrando la oscura maldición que vaga
por el hotel. Destaco sobre esto último esa especie de dimensión paralela a lo
Silent Hill que recrea un submundo poblado por tinieblas y que, como tanto
sufre el filme, queda desaprovechado en el uso de los jodidos screamers.
Sí, el susto fácil es el recurso al que se agarran los
hermanos Pang para provocar una sensación de malestar en el espectador. Resulta
un insulto que el gigante asiático, especializado en hacer verdadero terror
esté sucumbiendo a la miserable versión americana. Esto es lo que más me
fastidió de todo el metraje, ver cómo una franquicia nacida con el agobio
constante y opresivo se iba pudriendo con los screamers, una auténtica lástima.
En el fondo es una peli que se te van olvidando con el
tiempo de lo mala que es, no tiene esencia alguna y el final resulta una
paranoia de mucho cuidado producto de una tarde muy interactiva con la maria y
el cristal.
Lo mejor: Las preciosas protagonistas y los FX
Lo peor: todo lo demás.
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