DIRECTOR: Manabu Asou
CONTIENE SPOILERS:
Tercera y última parte de la saga Llamada Perdida donde un desconocido director se pone manos a la obra con la que sería la película definitiva. Aún después de haber visto estas dos secuelas de la obra de Miike me preguntó el por qué, el por qué sacar más cintas de una peli que no pedía más, estaba más que claro. Es como si quieres sacar más partes de la grandiosa “Kairo”, la peli es bonita tal y como está, no toques.
Aunque vea como una gran cagada el filme, me llamó la
atención un tema que trata, el bullying en las escuelas, pero sobretodo el
abuso en los colegios japoneses el cuál por lo que puedo sacar es terrible.
Hace que te dé lástima la chica y le empiezas a coger interés a la película
pero lastimosamente esta idea que se veía muy buena la pegan con cinta a un
fantasma vengador sacado de la chistera que a su vez lo pegan con el tema de “Llamada
Perdida”, ¿por qué? Qué sé yo, estamos en un filme con ese nombre, ¡vamos a
meterlo! Y zasca, una hora y media de teen movie malilla donde el gran
atractivo son las japonesas (a excepción de la protagonista).
Otro punto curioso es el personaje del novio de nuestra
protagonista, no me lo esperaba y creo que fue una muy buena idea meter en una
kaidan eiga a un sordo mudo pero la tuvieron que cagar, cómo todo lo que le
pasa a esta producción. Tienen una idea atractiva y fresca y la fastidian
metiéndole pelotudeces infantiloides.
A parte del sin sentido spammeo solidario de correos
electrónicos o las destornillantes maneras en las que mueren los estudiantes
otra gran metedura de pata son las actuaciones, ¿o debería llamarlas
sobre-actuaciones?
Por si faltaba poco, los efectos especiales son irrisorios
quitándole cualquier atisbo de terror o miedo que se le hubieran querido dar.
La saga en general no es la gran cosa, siendo la más
rescatable la primera parte y por lo demás olvidarse de todo lo sacado después.
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