3 may 2016

Sucker Punch

AÑO: 2011
DIRECTOR: Zack Snyder

















CONTIENE SPOILERS:


¿Te gusta o la detestas? | Sucker Punch

Dirigida, escrita y producida en su totalidad por Zack Snyder el creador de “300”, “Watchmen” o la reciente “Batman vs Superman” nos trajo en 2011 esta atrevida propuesta, un homenaje al anime y a la animación como él dijo, y es que desde el minuto 1 nos damos cuenta que estamos ante algo muy diferente.

Tuve la suerte de verla en el cine cuando se estrenó y salí de la sala extasiado, me había llegado al corazón. Después de un rewatcheo hará un par de años, hace unas semanas la pasaron por la televisión y me animé a verla por la nostalgia que le tenía. Mis expectativas respecto al filme bajaron un poco, pues no es lo mismo ver una cinta por primera vez que por tercera, pero esto no hace que la peli sea mala. Me siguió gustando y tras sus 5 años desde su estreno aún me pregunto por qué recibió una crítica tan bestialmente sanguinaria donde profesionales la tachaban de patética, sosa y sin sustancia alguna, cuando no clamaban que era producto grandilocuente. Sucker Punch no se merece nada de eso.

Lo primero que hay que hablar es sobre la trama: fresca, original, vertiginosa, emotiva, fantástica y real a la vez. Con una intro encauzada con la técnica tan característica de Snyder como es el slow-motion nos resume a grosso modo de donde sale nuestra protagonista estrella y cómo llega al Sanatorio mental. Y aquí quiero abrir un paréntesis, recordemos que este guión está influenciado solamente de lo que pensó su guionista y poco más, no está basado en un libro ni es un remake ni es una adaptación de un cómic ni nada, just imagination. Y esto es lo que es Sucker Punch, un chorro de imaginación a presión que te explota en la cara, donde tan pronto te encuentras en un templo japonés luchando contra dos criaturas gigantes de la tradición nipona en un paisaje sacado de un cuento de hadas como nos transportamos a una visión surrealista de un Hospital Psiquiátrico pero que en verdad es una tapadera para ser un burdel de los peces gordos de la ciudad o minutos más tarde estamos entre unas trincheras de un campo de batalla de la Segunda Guerra Mundial, pero recordemos, con ese toque fantástico que le da Zack. Me encanta la capacidad que tiene de cogerte una escena de la vida real y endulzarla con algo de ficción sin cagarla, haciendo que te sepa aún mejor.

Muchos filmes de culto como Alien, Tiburón, Halloween, Viernes 13, La Cosa o Evil Dead fueron un pelotazo en su época por su atrevimiento en sus respectivos campos pero si destripamos cual Leatherface esas cintas veremos que presentan una trama muy simple o sencilla. Sucker Punch tiene una cosa que no poseen esas obras, la cantidad impresionante de creatividad que antes he comentado, transportar al espectador hacia parajes irreales sin que le choque no una, sino varias veces. Con esto no quiero desprestigiar a los filmes de culto antes mencionados ni mucho menos, sino pararse un segundo y pensar por qué Sucker Punch no puede ser una obra de culto del género fantástico dentro de unos años y cada vez que se nombra se pretende enterrar la cinta.
Lo mismo pasó cuando Carpenter estrenó su Cosa, los críticos le dijeron que recogiera el quiosco pero años más tarde tuvieron que reconocer lo que en verdad era.

¿Estoy elevando mucho la historia? Es muy buena pero tampoco es la cúspide del 7º arte ni mucho menos, posee sus fallas y elementos repetitivos por no mencionar que algunas “pequeñas aventuritas” se les han sacado poco partido, como la del tren.


Recapitulemos un momento, partimos de una actualidad que podemos ubicar en los 60-70 para luego en el Sanatorio transportarnos a una dimensión aparte donde lo que interesa es el plan de escape de esa cárcel, para ello se recurre a un mundo de fantasía-realidad cuyas repercusiones tienen efectos en esa “segunda dimensión” y a su manera en la actualidad donde se ubica la cinta. Bueno, puede ser fácil perderse, pero para pelis rayantes de verdad tenemos el maravilloso terror asiático con joyitas revienta cerebros como “Kairo”.

El segundo pilar a destacar son los personajes, y que no nos dejemos engañar por las a primera vista unas jovencitas muy guapas porque eso es cerrarse a una evolución que sufren sus personajes a lo largo de la trama. Ellas mismas te demuestran cómo saben pelear y luchar por su libertad y que juntas son difícilmente imparables, usando su vestuario como link a la dimensión en la que nos movemos (recordemos lo que he comentado antes). Los secundarios no se quedan atrás ya que el trabajo de darles a todos un empuje del mismo calibre resulta fantástico y se aprecia el no relevar a un segundo plano para olvidarnos de él.

Y el tercer gran armazón de esta SÚPERproducción (costó nada más y nada menos que 82 de los grandes) son los efectos especiales, otra marca de la casa. Si nos vemos cualquier “making of” de la peli podremos ver la cantidad de “tela verde” que tienen las “behind the scenes” y es que el proceso de post-producción para las diversas capas que logran esos escenarios donde se respiraban los CGI me han asombrado. Por ejemplo, la magia de pasar de un escenario con cuatro piedras de cartón y poco más a trasladarnos a un cruel paisaje como fue el de la Segunda Guerra Mundial.
Pero no todo ha sido untar con FX, las actrices tuvieron que someterse a un duro programa de entrenamiento que si bien no llegaba al nivel que probó Angelina Jolie en su Tomb Raider, sí que les valió para dar credibilidad en la gran pantalla y ganarse a pulso su interpretación, ya que esto hace que un actor se meta mucho más en el papel que le toca interpretar y le coja cariño, una perfecta combinación.

El apartado sonoro está repleto de buenas piezas musicales, empezando con la bellísima adaptada Sweet Dreams de Eurythmics, pero también comentar que no algunas pegan con ciertas escenas o que podrían haber puesto otras mucho mejores; aquí para gustos colores.

Con un final de quedarse con la boca abierta baja telón una de los filmes más criticados en la carrera de Zack pero como se suele decir “haters gonna hate”.



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