1 may 2016

Aliens: El Regreso

AÑO: 1986
DIRECTOR: James Cameron























¿Un regreso de 10? | Aliens

Después de que Ridley Scott hubiera dejado asombrado a medio planeta con su ópera prima de terror psicológico espacial, Alien, una secuela era pedida a gritos. Fue James Cameron quien años más tarde se encargó de ponerse tras las cámaras para hacer una segunda parte que supiera mantenerse en calidad respecto a su antecesora y no caer en desdicha.

Esto lo considero el mayor esfuerzo y mérito que se le debe atribuir a un director que saque una buena segunda parte de lo que sea. El aliens de Cameron, es un ejemplo de ello.
Pero… ¿es tan buena como El Octavo Pasajero? No, sino que es otro tipo de película que va de lo mismo que la primera, más o menos.

El eje central de la primera parte se movía en torno al suspense, la ambientación malsana claustrofóbica y opresora donde se desarrollaba la historia y con un único Alien de depredador. Pero esta segunda parte no contiene eso, sino que son un porrón de Aliens mezclado con un chute de acción y explosiones por un tubo. Vale que también haya escenas que me hayan hecho saltar del susto en un par de ocasiones, pero no le llega ni a la suela de los zapatos a su antecesora en lo que se refiere el suspense.

Sin llegar a caer en una trama muy predecible tiene sus puntos buenos como los efectos creados para los aliens o el trabajazo del atrezzo para construir las instalaciones y cueva de los bichejos. Otro punto muy bueno es que en ningún momento decae la peli pese a su larga duración.
Por otra parte también es cierto que hay ocasiones que están de más y se les podía haber metido tijera pero no molestan.
Además seguimos con uno de los temas más importantes de Alien, la ambición y ansias de poder del ser humano. “La compañía” o corporación no se detendrá ante nada para conseguir la que consideran la máquina de matar perfecta para ganar cualquier posible guerra, sin saber que están jugando con fuego.
A parte de Ripley también nos lo dicen varias situaciones, donde el poder se antepone a la razón o, supervivencia.



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