25 mar 2018

No Mercy

Título Original: 용서는 없다 (Yong-seo-neun Eobs-da)
Aka: No Mercy
Corea del Sur, 2010, Kim Hyeong-jun





















La genialidad del cine surcoreano para replicar los blockbusters de acción americanos 

Después de que el patólogo forense Kang se encargue de un caso de asesinato con vistas a un temprano carpetazo por falta de pruebas, la novata y vivaz detective Min profundiza en la investigación no solo para desentramar las causas tras el crimen sino para impresionar a su héroe, un hombre modelo a seguir e inspiración para su puesto de trabajo, el profesor Kang. Más temprano que tarde su hija es secuestrada por el principal sospechoso del caso de homicidio…

Nos encontramos ante una pieza arquetípica del cine fácil del thriller, es decir, la película posee una base y argumento principales de lo más sencilla y ya vista en infinidad de cintas. Si no es el protagonista, un personaje cercano tendrá que traicionar sus ideales para salvar a un ser querido de los malos, esto le llevará a realizar increíbles hazañas que pondrán a prueba no solo su moral sino el propio bienestar y seguridad social. En el filme del cineasta Kim Hyeong-jun (김형준) se reutiliza la milagrosa fórmula, una que tal cual ya de por sí fascina y entretiene, manteniendo sin mucho esfuerzo al espectador ante la pantalla. Pero si de algo se tiene que sentir el pueblo coreano orgulloso es de su autóctona y envidiada empresa cinematográfica, poseen una sutileza barbárica a la hora de crear dramas, películas de acción y terror (esto les ha colocado a día de hoy en el podio de los triunfadores, relegando a Japón a un segundo puesto). 


Tras la romántica “Daddy-Long-Legs” el director volvió cinco años más tarde con su estrellato “No Mercy” donde recogió el premio al mejor actor “Kyung-gu Sol” (el médico forense) en los Chunsa Film Art Awards del 2010. Y es que no es de extrañar, o séase, una producción segura sobre un guión predeterminado era más que un éxito asegurado. Cada paso, cada fotograma sigue la estela de una historia donde el profesor tendrá que satisfacer los deseos de los secuestradores de su hija si no quiere que la maten, para ello tendrá que pervertir su propio trabajo e ideales, cayendo en lo más profundo de la sociedad y evitando a sus compañeros de trabajo ante las continuas e insistentes preguntas. Como una olla a presión, también se ve como no todo es lo que parece y se desvelarán los trapos sucios del protagonista que, según desde el antagonista, le otorga la redención y el perdón, una situación tan complicada y desesperante que convulsiona al más rudo. Por tanto, la prueba de fe tendrá que ponerle contra la pared, ¿de qué bando estás? ¿hasta dónde llegarías para salvar a alguien que amas? ¿Cuánto harías?

Todo ello no simplemente licuado con la esencia y magistral forma narrativa coreana, atenta expresamente a los detalles y cuadros de acción que la hacen diferente y atractiva; sino evitando clichés que sus paralelos estadounidenses aportan y crean en sus propios thrillers, donde toda la película recorre un camino recto y sin curvas que lo transforma en una obra donde los acontecimientos se van conociendo sobre la marcha (típico happy ending, romance obligatorio entre protagonistas, info dumping, etc). Gustosamente el también guionista, jugó con los elementos, creando un escenario donde los acontecimientos sugerían una incógnita no sólo para los personajes de la obra, sino también para el espectador, obligándole a seguir con el hilo (además de su alto grado de interés). Tranquilamente te mueve entre escenarios donde personajes de entrada que no aportan nada terminan introduciendo un arco vital para la historia (engañar al espectador). Nada puede ser lo que parece, otorgando un superlativo grado de crudeza al tema anteriormente propuesto, saber perdonar al mismísimo diablo. El final viene con sorpresa. 

 
Nuestro elenco viene liderado por figuras tan importantes como Sul Kyung-gu (Public Enemies, Memoir of a Murder, Haeundae); Ryoo Seung-bum como el activista (Sympaty for Mr. Vengance, Dublin Files) y la novata del grupo, Han Hye-jin (Jumong, 26 years).

No Mercy, donde el expresionismo de la venganza torna el arte en un ente aterradoramente voraz, el hombre.

8/10


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