DIRECTORES: Tony Kern, Andrew Lau
Que yo recuerde hasta el momento, no he visto ninguna película de terror proveniente de Singapur y mis primeras impresiones no dan precisamente un balance positivo…
El subgénero de cámara en mano o found footage nacido en Holocausto Caníbal ha andado mucho desde
entonces, llegando a ser el tipo de film favorito para la industria meramente
comercial del cine desde hace unos años atrás; pero… ¿la exploitation le ha
sentado bien? Creo que la respuesta se da por si sola aplicando la frase “todo
en exceso nunca es bueno” (o sino vean las longevas sagas de Viernes 13/Matanza
de Texas).
Por si alguien se lo está preguntando ya, sí, me considero (o
consideraba, aún no lo tengo muy claro después de haber visto esto) fan de los mockumentaries.
Cuando me topé con ellos por primera vez me encantaban, por la inmersión
automática que hacían sobre el espectador en la obra, muy buen técnica que sale
con grandes ventajas (el terror se vive más de cerca, mayor compenetración con
lo que ves y presupuesto bajo). El paso del tiempo revolucionó el mercado y
pasaron a reproducir la misma técnica sin ton ni son en pos de sacar billetes,
prostituyendo al género. Haunted Changi cabe mencionar que afortunadamente no
sigue los mismos pasos que “los metrajes encontrados” americanos, sino que opta
por un camino alternativo y esto a la hora de innovar/crear algo distinto se
convierte en una espada de doble filo. O te sale bien o te sale mal,
desgraciadamente estamos ante el segundo caso. ¿Por qué? Simple, la película NO
infunde terror, ni explícito ni psicológico. De hecho es gracioso que tire
siempre del plano objetivo de la cámara mostrando durante muchísimo (excesivo)
tiempo de metraje solamente enfoques de un pasillo, de una habitación, etc.
Está bien que me pongas en situación con el lugar donde transcurre la historia con
algunas escenas, pero que no se convierta en un documental, por favor.
Además el supuesto “shock
factor” se reduce a un par de jumpscares baratos y típicos de las HBAG’s
modernas con un pseudo intento de emular la clásica fórmula de Blair Witch
Project de 1999. El resto resulta una bazofia aburrida donde uno espera
llevarse algún repelús o ALGO al menos, aunque sea ínfimo. Tirando toda
esperanza por la borda, la ya de por sí película corta se transforma en un
ladrillo pesado y de difícil digestión, ideal para aquellos que sufren insomnio.
Tanto que llega un punto donde uno desconecta de lo que está viendo y pasa a
coger el móvil o mirad el techo, porque todo lo que se muestra por pantalla
aburre hasta al más paciente.
Quitando un vídeo presentación sobre la historia del edificio
donde se lleva a cabo la acción (lo único digno que tiene, siendo muy curioso
lo que narra), nos queda una ambientación penosa, unas actuaciones ridículas y
un aborto en el intento de transmitir miedo o inseguridad en el espectador.
Basura infernal,
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