9 abr 2023

APT

 

Título original: A.P.T

a.k.a: Apateu
Corea del Sur, 2006, Byeong-Ki Ahn

















 

 

 

 

¿No te sientes sola? Un mensaje doble.

Una mujer sin amigos y con una auto percepción más altiva que de costumbre para con sus iguales, termina cayendo en una vorágine de visiones fantasmales sobre una joven. Una extraña que aparece tan pronto en su vida como lo hacen los repentinos apagones de los pisos de enfrente.

¿Cómo es que nadie más puede notar esos apagones? ¿Y por qué siempre suceden a la misma hora?

Todo ese entramado se irá enredando aún más cuando conozca a la enigmática vecina de enfrente, una minusválida en silla de ruedas.

Tras cámaras tenemos a un director prolífico de aquella era pasada, “Ahn Byeong-ki”. Padre de la tetralogía “4 Horror Tales” y creador de la aterradora “Phone” y “Bunshinsaba” entre otras. A día de hoy desaparecido del mapa, este cineasta nos dejó unas cuantas obras para disfrutar. Superaban el aprobado y, si no nos cautivaban, al menos nos parecían interesantes.

Con “APT”, el timón vira a corrientes donde el olvido parece ser el objetivo final de la trayectoria.

Tenemos ante nosotros a otro producto más de la era dorada del “SadaNami”. Obras de terror centradas en maldiciones bajo una gran ira contenida y arraigada contra todos aquellos que entren en contacto con ella.

La idea de la película es que el espectador sienta y vea todo lo que suceda al igual que la protagonista. Este es un buen punto de inmersión en la obra, valor a destacar para no perder el interés o dejarla. El film quiere que veas lo que sucede en primera persona. Ahora bien, no está del todo bien llevado. Por momentos se rompe esta línea y pasa a contarnos parte de la trama desde el punto objetivo, esto es, cómo fue que sucedió algo (aunque tú no estés allí o incluso lo desconozcas). Por otra parte, aparece una gran variedad de personajes, con lo que la atención que pusiste al principio hay que reforzarla. Son importantes.

También existen varios saltos temporales en la obra, donde pasas de la acción actual a flashbacks pasados. No sucede siempre, sino al final, por lo que, si prestaste atención te servirán para corroborar tus teorías o aclararte ciertas dudas. Porque es así. Este tipo de obras orientales te exigen que hagas de detective, que vayas estudiando todo lo que pase y no te tomes la película como un divertimento con el que matar el tiempo.

Siguiendo con la narrativa, los diálogos están en la media. Hago incapie en lo anterior, hay que prestar atención. Toma notas si te hace falta, pero nada del otro mundo. Mientras te quedes con las caras y quién hace qué cosa, no habrá problemas.


Los personajes se ven muy caricaturescos. Me explico, este tipo de películas tiene a un elenco favorito de roles que sí o sí van a parecer. La chica protagonista, la fantasma, el policía que investiga el caso y el resto de personajes que hicieron mal a la fantasma en vida y que ahora irán muriendo uno a uno. La obra los toma y los explota al punto del ridículo, donde cada escena se prevé incluso antes que pase. Esto le hace mucho daño y le quita puntos.



Los coreanos son muy amantes del drama en todas sus obras, no importa el género. Eso conmueve y gusta de ver. La minusválida se corona como la víctima más miserable de toda la obra. Este factor es importante, pues repercute por duplicado en la historia. No solo lo ha pasado mal, sino que además es discapacitada. La incapacidad de poder defenderse sobre los eventos pasados provoca un efecto rebote, que incluso la protagonista se ve afectado por ello. No solo cambió su opinión sobre ella, sino que la recibe con los brazos abiertos (idea también un tanto cliché en el subgénero).

Honestamente, el objetivo es que perdones unos actos simplemente por “lástima”. No. No existe justificación alguna para eso. Al menos, el “ojo por ojo” no se puede aplicar a los círculos sociales diarios.


Encuentro interesante el punto común donde la mayoría de los comentarios convergen, se hace muy pesada de entender. Fuera parte que esta idea peca de genérica y basada en el desconocimiento de un tipo particular de cine (no es lo mismo el cine americano que el japonés, por ejemplo); esta obra intenta volverse muy enigmática, enrevesando el buen cauce de la narrativa. ¿Motivo? Mezclar el terror con un misterio tan misterioso que resulta cansado. Así de cansado y de aterrado como la psique perpetua de la protagonista. ¿Tal vez el motivo original?

Pasando a la parte más técnica de la producción, nos ubicamos en un entorno gris y frío. Las navidades son fecha importante también en el lore de la obra, y gana una fuerza extra con la idea anteriormente comentada, estar incómodos. Con frío, angustia, paisajes feos y grises con lluvia… Todos los elementos habidos están sintonizados para poder darte el mayor clímax posible. 



El vestuario es fabuloso, disgrega en dos bandos a aquellos personajes que solamente están por el guión, de aquellos con los que la película quiere inequívocamente, que les prestes atención. No, no será la protagonista ya aviso. Esto posee una explicación cultural, y es que en occidente estamos acostumbrados a etiquetar al “malo” con atuendos oscuros, desgastados y malolientes. Sin embargo, en Oriente, es todo lo contrario. Un alma etérea reluce entre la multitud. Destaca entre todos los mortales y corpóreos. Y esto no aplica solo para “APT”, sino para el resto de la Asian-Horror.


Dentro de toda esta gran ambientación desglosada, haría falta una pieza musical que hilase todo. La hay. Clásico del mundo coreano, existe para realizar el perfecto compás entre escenas y para recargar de energía otras tantas. Aparece, pero realiza su trabajo. Está en la media.

Lo que sí hay que recalcar, son los efectos especiales sonoros. Es un problema que adolece a cada nueva Asian-Horror que veo. Qué manera tienen de forzar los efectos de un fantasma andando o de vísceras retorciéndose… Fuera de acercarme al cénit de la inmersión, chirría en mi cabeza como la estática alta de una televisión. Es discordante. Cacofonías altisonantes molestas.


En resumen, ¿qué nos queda? Una de tantas. La mayoría de la obra se olvida al día siguiente. Salvaría solamente un par de aspectos, como incluir una discapacitada o el final en sí. Quitando eso, no existe ni una cosa más por la que añorar esta producción.

5/10.

este personaje es artificial y forzado

Para aquellos que no hayan terminado de entender en sí la trama que rodea a “los fantasmas”:

Podemos identificar 2 tipos de fantasmas:

- La mujer de rojo

- La mujer con vestimenta desgastada y desaliñada (la yurei por definición)


Ambas hacen referencia a dos partes o mitades de la misma chica discapacitada de la silla de ruedas. En el mundo oriental de fantasmas sucede bastante. Se materializa la versión o personalidad X del personaje para recrearlo alrededor del protagonista. De esta forma, el protagonista (y por extensión, el espectador) conoce ambas caras o versiones del alma en pena.


Así, se materializa la difunta versión viva en la fantasma más “humana” (la de rojo), vestida de una forma preciosista y pomposa; mientras que la versión más arraigada en el dolor y el resentimiento de sus acontecimientos se manifiesta haciendo uso de un outfit de vagabundo y con aspecto descuidado (la yurei o fantasma vengativa de manual).

Ambas, son representaciones del alma en pena, la fantasma de la chica de ruedas. Sería la versión normal o estándar, sin emociones (a veces se la representa con piel muy blanca, imitando al estado de la piel de un cadáver). A pesar de ser quién interactúa con el protagonista directamente y durante mucho tiempo, podemos discernir que no es un ser humano por algunos detalles palpables. Por ejemplo, la tonalidad extrema de la piel antes mencionado o ciertos gestos anti naturales como el saber siempre cuando la está viendo la protagonista con los prismáticos. También cabe recalcar su manera de hablar o expresarse, por ejemplo, le comenta al protagonista frases o situaciones que le hacen reflexionar en su vida o también le ofrece “pistas” sobre su “yo del pasado”. Al principio el protagonista no lo entenderá, pero tiempo más avanzada la trama, saltarán en su mente.


 

 

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