DIRECTOR: Yoshihiro Ishikawa
Me llevo percatando que si después de verme alguna película
que no cubriese mis expectativas/me gustase, la mejor solución es tirar de cine
antiguo. Barajando mi gran afición por el cine asiático, esto se traduce en bañarte
con los clásicos de los maestros Nakagawa o Kurosawa, pero también toparse con
alguna que otra obra oculta a primera vista (como este caso).
Esta película sin saber nada de ella sorprende cuando uno la
ve por varios motivos. El primero de ellos es que trata el subgénero del cine
de acción/ficción, “femme fatale”. Si no conoces el género por esa palabra
déjame citarte “I spit on your grave”, ¿suena verdad? La diferencia radica en
que Female Demon Ohyaku no trata de una mujer a la que violan y torturan para
que después vaya matando a cada uno de sus maltratadores, no. Sino que es más
romántica, más personal, es una venganza triste y dulce a la par. Quizás esta
esencia que se ha perdido en las arenas del tiempo sea una de las piezas que el
cine actual necesite. Vale que filmes como Kill Bill, The Descent o Tomb Raider
hayan ofrecido un papel fuerte a la mujer, pero a gusto personal pienso que la
idea de que una mujer se vengue de la muerte de su novio/esposo quedaría mucho
mejor y sería incluso más impactante a todos los niveles que toda la sangre,
monstruos y vísceras que haya de por medio.
Pero, ¿este tema tan bien descrito se implementa
consecuentemente en el film? Bueno…considerando otras obras que he visto que
también tratan el tema, he de admitir que esta película es una “mixed bag of
feelings”. Por un lado retrata a la perfección ciertas escenas realmente
conmovedoras y cuya finalidad (que es la de impresionar al espectador con lo
que sucede en pantalla) está notablemente ejecutada. Desgraciadamente no todo está
al mismo nivel. Hay también partes algo disonantes al plan general, situaciones
forzadas o pilas de coincidencias fruto de un guión que me da la impresión, se
hizo deprisa y corriendo.
No solo en la trama, también en la presentación de nuestros
personajes. Demasiado rápido los ponen en acción, sumado a un enamoramiento de
lo más raro, inverosímil y fantástico. De sobra sé que es solo un trampolín
hacia la historia en sí, pero un poco más de profundidad no le hubiera venido
de más.
Aunque siendo claros, lo que más me chocó fueron las
actuaciones. Al principio pensaba que eran debidas a la poca profesionalidad de
los actores, pero resulta que todo lo contario. Desde la protagonista Ohyaku
(la bellísima Junko Miyazono), el novio Shin (Kunio Murai) o el veterano actor
Tomisaburo Wakayama (con su saga Shinobi No Mono). No es que las actuaciones
estén a los subniveles infernales de la degeneración e insulto “Birdemic”, ni
mucho menos, dios libre al cine de semejante peste negra. El mero hecho de que
tengamos entre manos una obra con un carácter tan personal y sentimental para
la protagonista, debería ser interpretado no con gestos de manual, sino desde
el corazón. Vas a vengar la muerte de la persona a la que más amabas encima del
mundo, a mí me pasa lo que a la prota y cuando el guión pone que hay que
llorar, no lo finjo, lo hago de verdad. ¿Veis a lo que me refiero? Pues eso
mismo extendido a las numerosas escenas emotivas donde la prota se esfuerza pero
no convence. Igualmente, gran parte del cast se ve afectado por esto y en tomas
donde deberían tener un rostro demacrado o descompuesto, la mejor alternativa
es poner una cara normal y corriente. De todas formas “este problema” se podría
“arreglar” de diversas formas, como en la hora del montaje, o con las cámaras,
grabando desde otros ángulos (¡y no enfocando en un primerísimo plano los
rostros, que te cargas la esencia!).
Siguiendo con la ruta “una de cal y otra de arena”, me
gustaría destacar por encima de la escenografía o incluso la música (recurso
estilístico que siempre elevo) a la flamante calidad visual con la que se rodó.
Un blanco y negro hermosísimo y preciosista que no pasa desapercibido. A todo
esto le sumamos una de las escenas finales (y la que todos estábamos esperando)
y el drama inicial, muy conseguidos.
Terminando me gustaría recomendarla, con reservas ya que no
a todos les gustará y al poco de haberla visto uno la va olvidando… ¿o no?
Idea poco explotada,
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