DIRECTORES:
Jo Kyoo-ok (조규옥),
Kim Jeong-goo (김정구),
Kong Soo-chang (공수창),
You Joon-suk (유준석).
El SadaNami del 2000: Término acuñado por aquí
el servidor para referirse al boom cinematográfico perpetrado en 1998 por el famoso largometraje de terror de Hideo Nakata y que, gracias a eso, el nuevo milenio estaría poblado de intentos (fallidos y no tanto) por reproducir la idea primigenia en pos de conseguir algún mérito o simplemente, dinero.
Considerando el popular dicho de la gallina de los huevos de
oro y sumado a lo anterior tenemos una carrera fílmica para ver quién supera a
quién con cada nueva producción, ya sean películas o antologías pero, ¿y si
lleváramos ese éxito al formato serie? Sin lugar a dudas llevar esto a cabo se
traduce en un experimento quirúrgico de arriesgado procedimiento (del mismo
status que hacer un life-action en condiciones). Actualmente no me he terminado
“Akuryo Byoto” y creo que va a seguir “droppeada” durante un tiempo más, siendo
el resultado de un cirujano drogado y sus ayudantes con unos Jack Daniels encima
mientras unos sostenían el bisturí o las pinzas con los dientes; el resultado,
un engendro televisivo repugnante que tira de lo nombrado al comienzo y tras
una patada se va al cubo de la basura.
upps, doctor... |
Tenemos eso, y por otro lado está “Coma”, que aunque tira
del fenómeno ya citado no cae en estupideces y memeces varias, sabiendo muy astutamente
qué hacer y qué no. Éste es quizás su punto fuerte y que un consumidor habitual
del cine de terror oriental llega a disfrutar con creces a pesar de que le
están tirando a la cara más de lo mismo, ¡¿cómo?! Fácil, con una dirección, narrativa
y puesta en escena brutal uno consigue lo que quiere. Sin entrar en detalles
sobre el mal que envuelve a nuestros protagonistas y tampoco spoilear, decir
que estamos ante la maldición de turno, pero con más de una víctima y cuyas
apariciones se alejan muchísimo de los convencionalismos a los que nos tienen
acostumbrados esas mainstreams J-Horror’s. Añadir inevitablemente el detalle e
impronta personal que le ejerce a la serie el hecho de ser un trabajo coreano,
empresa que siempre tiene el buen gusto de firmar todas sus películas de terror
con un toque personal, más terrorífico.
Unas líneas arriba he mencionado la narrativa, ¿cierto? Y es
que para estar ante un K-Drama de solamente 6 episodios y que trata de algo más
que visto, otro punto positivo que gana es otorgarle un poder muy interesante y
desafortunadamente poco explotado en los films de terror a los protagonistas,
esto es, la creación de la historia a partir del punto de vista subjetivo de ellos.
No estoy hablando de que los personajes reproduzcan las líneas de guión que les
toca decir, sino que ellos mismos las crean. Cada capítulo de la tenebrosa
historia es eso básicamente, contar los hechos acaecidos una noche en un
hospital que guarda una trágica historia a cada uno de nuestros 6 integrantes
principales por separado, dándoles una hora a cada uno para mostrarle al
espectador “lo mismo” desde otro ángulo, igual de acertado y más intenso que el
anterior. Bravo por esto.
Otro pilar indiscutible a reseñar es la puesta en escena de
la historia. Pocas, pero pocas veces he visto al apartado técnico al completo tan
bien aprovechado y desarrollado para, en su conjunto, transmitir una verdadera
atmósfera opresiva y de verdadero terror.
A la cabeza se me viene “Loner”,
también un producto coreano (¿sorpresivamente?), donde el director de la misma
utilizó una paleta de colores azules varios muy notables para sobresalir las
escenas de terror (y que le funcionan mejor de lo que uno piensa).
En el caso
que nos ataña, tenemos una cámara que se mueve de forma atractiva captando cual
testigo de un crimen las diversas atrocidades a las que asistiremos, una
escenografía fantástica, con un juego de sombras y luces de calidad pedigree y
unos efectos especiales (que hacen gala de tener recursos más que convincentes
y realistas para toda esa sangre que nos tiene esperando) que terminan de
cerrar una obra maestra del cine de terror surcoreano.
Pero si de verdad existe algo que me cautive en la forma de
hacer cine de los orientales es su forma de transmitir una historia. Envenenarla
con sobredosis de una credibilidad inalcanzable por otras industrias (como la
norteamericana) reflejando el lado más perverso, enfermo y oscuro del ser
humano para dar vida a las atrocidades de las que somos capaces y así hacernos
sentir mal (que es lo que buscamos en parte al ver una película de terror,
¿cierto?). No solo en ese matiz ahonda una obra de corte oriental, también son
especialistas en recrear con igualdad de detalle, desde las escenas tristes,
melancólicas o desesperanzadoras hasta las más felices o cómicas (mirar la
serie Trick, por ejemplo). En pocas palabras, hacer arte.
Vuelta de tuerca a lo que acabo de citar, pero elevado al
grado superlativo, Coma debería ser el prototipo en cuanto a calidad de cómo
hacer una serie de terror, cualquiera sea el tipo (psicológico, explícito). Escenas
que te romperán el corazón por lo que puede llegar a hacer un ser humano bajo
diversas presiones, eso o menos políticamente incorrecto, miedo. Todo esto no
sería posible sin las flamantes actuaciones por parte de un cast espléndido
como era de suponer de los coreanos, que se bañan más allá de la mera
interpretación en su personaje, llegando a ser uno solo, siendo de vital
importancia en esta serie, puesto que los personajes tienen tanta importancia.
Coproducción por una de las empresas más importantes de
Corea del Sur como la OCN y dirigida por distintos cineastas, no me queda más
que recomendar este poco conocido dorama para aquellos que les guste el cine de
terror y suspense de asia.
Bienvenido al hospital del terror |
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