16 ene 2017

Pee Mak

Título original: พี่มาก..พระโขนง (Pee Mak Phrakanong)
aka: Pee Mak
Tailandia, 2013, Banjong Pisanthanakun





















Ridiculizando al género

Con la ferviente subida a un ritmo más que frenético de las películas de pelos largos con maldiciones inventadas e historias parecidas unas a otras, raro era que no aparecieran las parodias. Esto mismo hizo Wes Craven con su Scream, parodiar el slasher creando incluso uno bastante aprovechado. Algo parecido a eso es lo que intentó el director tailandés Banjong Pisanthanakun (creador de Shutter y Phobia) con esta película, mezclando varios géneros en uno solo y caricaturizando de forma inteligente los tips más relevantes de las cintas de terror asiáticas.

Podría decirse que en Pee Mak se funden tres géneros, el terror, la comedia y por último el romance. De los dos primeros ya existe un sub género popular, las horror-comedies, que agradan a unos y molestan a otros. En lo personal ese tipo de películas no me gustan mucho porque el humor que utilizan suele ser muy infantil y soso, visto en multitud de ocasiones. Asimismo, este film re utiliza esa sátira y de tal forma, se cava su propia tumba. Curiosamente uno se puede reír de las ridiculeces que tiene el film a la hora de poner el humor por delante o darle algo de madurez a cierto contenido (como los estilos de peinado o el detalle de pintarse los dientes de negro). Esa es otra, la película hay que reconocerlo, poco se toma en serio y esto es lo mejor que pudo hacer.

El romance como ya cité también es usado, pero no de forma empalagosa, siendo como una vía que, junto con el horror-comedy, se ríe de los guiños que hace hacia las películas de fantasmitas vengativos. Tanto, que el propio final es una sorpresa, rompiendo moldes acertadamente y otorgándole un rol diferente al fantasma.

Las actuaciones corren a cargo de actores ya conocidos dentro del cine tailandés. Dos de los amigos del protagonista ya salieron en “Phobia” o en la extensa saga de “Buppah Rahtree”. Perfectas actuaciones para unos actores todo terreno y una actriz guapísima que le da un toque personal a su papel. Sin olvidarnos tampoco de una música agradable o un vestuario muy de la época que, quieras o no, viene bien alejarnos de la maldición de turno en la actualidad y trasladarnos a una era antigua.

Simpática y amena producción tailandesa para pasar el rato.






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