8 ago 2021

Death Cash

 

 Título Original: 死幣
A.K.A: Shihei

 2016, Japón,
Akihiko Watase 
Keigo Higashinaka 
Ryutaro kawashima
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


 
 
 
Basura teen japonesa con idols como clickbait.

Que el terror japonés se corrompió hasta ser el cadáver que es hoy en día no es ninguna sorpresa que deba asombrarnos a estas alturas, de hecho es más que evidente al comprobar cómo la popularidad y aceptación de los dramas coreanos han sobrepasado ya a las producciones propias de Japón. Pueden existir varios motivos, pero el mayor diría yo es la falta de ganas para tomarse las cosas en serio. Apostaría a que tanto el talento como los mecenas de las ya, antiguas producciones del milenio, están en crisis, por no decir que sufren de peligro de extinción. Ello, unido al síndrome post-fama que muchos veteranos en el JHorror han sufrido es otro varapalo significativo para la industria.

Desde los comienzos del cine de terror hasta hoy en día pueden apreciarse la infinidad de matices que han cambiado o evolucionado, y entre ellos, existe el público target al que, no sólo está enfocado una obra de terror, sino quién la realiza. Es más que evidente que el mercado de las Teen-Horror es lo último en las tendencias desde hace unos años. Sumado a la perpetua manía de introducir guiños a otras cintas, o robarles escenas directamente, el humor también se ha hecho presente en lo que ha llegado a convertirse el cine de terror actual.


Japón ha sabido no quedarse atrás, y cuando se ha dado cuenta de que algo funcionaba, lo ha explotado hasta su muerte, para después exhumarlo y volverlo a usar si ello significaba triturarlo hasta convertirlo en polvo. "Death Cash" es otro producto asqueroso que sale del horno oxidado y sucio de donde sale toda la bazofia que se crea hoy en día (que no sólo el cine de terror, sino otros géneros o industrias también). Sinceramente, me sorprendí al ver este dorama, nunca pensé que las cosas estuvieran tan mal por Oriente. O quizás no sea eso, sino que, en general, el cine de terror con idols es una auténtica mierda de perro (véanse de referencia Shirome de Koji Shiraishi). Tras haber indagado un poco sobre el mundo de las idols he llegado a la conclusión de que no importa que la película en cuestión sea buena o no, lo que interesa es que aparezca las idols comportándose como una cría de 5 años con retraso mental, porque claro, eso es por lo que son idols. El cine solamente es otra plataforma más donde publicitarse, venderse y sobre todo, darse a conocer. Todo es márketing, todo es un negocio. La calidad nunca es el objetivo.

Death Cash, donde la idea central de que existe dinero maldito es una mezcla entre "original" y "absurdo"

las faces


En los primeros minutos iniciales, una voz femenina que a punto está de estallar en risas, intenta ponernos en situación: existe dinero que al usarlo te mata. Ok, bueno, a ver, intentemos también nosotros contener la risa, pero oye, un respeto que estos japos se las ingenian muy bien con una idea de mierda.

Acto seguido entramos en una espiral de cringe absoluto que, lo peor de todo, se toma en serio. Actuaciones sobre forzadas en las caras de los personajes, estereotipos tan machacados que me asombró verlos después de tanto tiempo, interacciones totalmente artificiales entre los diversos personajes, uso masivo de gritos y frases huecas simplemente para hacerse notar en el guion, efectos sonoros redundantes para (entiendo) reforzar la escena que estás presenciando. Esto último es algo muy típico en películas mediocres, esto es, meter en la sala de edición efectos artificiales a una escena con el propósito de "ensalzar" o incrementar el mensaje que transmite. Por poner un ejemplo, imagina una escena de alguien caminando sobre tierra. Se usan sonidos pre grabados que se adjuntan a la pista de audio existente, esta es, la que se grabó en el momento de rodar la toma. Tienes el sonido ambiente natural, pero sobre todo, le subes el volumen a la pista artificial, por lo que al oído le suena más (y más claro que se trata de un sonido "que no pega").

Las actuaciones como he comentado son horrorosas como bochornosas, es todo tan forzado y antinatural que resulta irritante. La protagonista de cartón parece, como al igual que el resto de personajes, marionetas arrastradas sin vida por la fuerza de un guión que se alarga para llegar al fin del episodio.

El drama resulta, como todo, forzado. En muy poco tiempo pasan muchas cosas que una mente humana normal no podría procesar sin tener que tomarse un calmante. Y este sufrimiento mental no aparece reflejado en la obra en ningún momento. Tendemos a acostumbrarnos a cosas que no son, ya sean porque están mal concebidas desde el principio o porque a nuestro yo conformista le parecen ok. Los cócteles de emociones no son buenos ni recomendables, más que nada porque no se suelen llevar bien a cabo.

Insufrible primer episodio, plancharse los calzoncillos resulta más rentable. Ni se pudo terminar de ver.

De una patada al cubo de la basura, 1/10.
 

 

 

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