DIRECTOR: Takashi Shimizu
¡¡CONTIENE SPOILERS!!
Siguiendo los pasos del remake de “The Ring: La Señal”,
Ju-On DEBÍA tener obligatoriamente su remake americano correspondiente, sino
los estadounidenses no podrían conciliar bien el sueño. Viendo el grandísimo
boom! que pegó internacionalmente y para no pillarse los dedos, llamaron a su
director, Takashi Shimizu para que rehiciera por quinta vez el mito SAEKI y
asimismo adaptara la maldición ponja a los estándares occidentales.
Vamos a parar un momento y reflexionar sobre la época de La
Maldición. En menos de 10 años, Shimizu hizo 6 adaptaciones diferentes de una
misma cosa y esto cansa, mucho. Quieras o no darle cada vez una forma diferente
a la misma idea y en tan poco tiempo entre una y otra entrega quema por dentro,
esto es lo que le pasó al director y aquí sale reflejado de la mejor manera
posible. Algunos dicen que es un remake calcado al original pero no es cierto,
sino que se escogieron varias tomas de las originales, las pasó por el filtro
americano y rellenó el resto del metraje con lo que le vino en gana.
Lo más relevante de las pelis de Ju-On japonesas eran su
narrativa, donde la película te lanzaba un chorro de información con diversas
historias todas bien interconectadas y que el espectador tenía que unir. En
cambio el remake no es así, se centra solamente en la historia de la familia
americana que llega a la casa y en la asistenta de intercambio, obvia por
completo otras historias como las colegialas o factores de gran peso
psicológico presentes en la original. Además incorpora ideas de “La Maldición 2”
como el diario el cuál aquí pierde muchísimo peso. Esto refleja lo comercial
hasta reventar que es este remake: quita lo profundo e igualmente lo mejor para
dejar sólo los sustos.
En general, este remake pierde la esencia misma de la
mitología melodramática y terrorífica de lo que es la familia SAEKI. Está todo
muy americanizado, con una narrativa mucho más simple y fácil de seguir que le
quita cierta gracia y chispa dejando varios momentos predecibles.
Las escenas copiadas resultan peores que las originales y
algunas actuaciones dejan que desear por mucho reconocimiento que se le diera a
Michelle Gellar u otros actores.
La banda sonora/aspecto sonoro es muy chirriante, estamos
siempre escuchando pistas de terror que intentan darle una mayor ambientación
cuando a veces el silencio es el mejor método para crear un terrorífico clímax
de suspense (como en las originales).
Los efectos especiales y Make up FX’s de Kayako en la gran
mayoría dan puta pena de lo mal que están hechos para su época. Todo por
ordenador y súper feo que más que miedo dan risa, la única ocasión en la que
salió mejor que la original es la escena mítica de Kayako bajando las escaleras
empapada de sangre y retorciéndose.
Por otra parte, la investigación policial es muy
superficial, no se involucran lo suficiente y aparte de resultar inverosímil se
apoya con una referencia de salvavidas a la original. Shimizu estaba cansado de
su propia idea y aquí se vuelve a reflejar por enésima vez al cubo.
Cómo remake es bastante penoso (3-4) pero como película
original estaría mejor (6). La media sale de 5. Al igual que dije en mi crítica
del remake de The Ring, eres libre de verte este remake pero a mí no me ha
gustado aun habiéndome entretenido un rato. Prefiero el material japonés.
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