DIRECTOR: Kôji Shiraishi
¡¡CONTIENE SPOILERS!!
Sin lugar a dudas es la leyenda más famosa de Japón, a la
par que terrorífica y perturbadora. El mero hecho de una que una mujer vestida
normal como tú o como yo pueda rajarte la boca de oreja a oreja por la calle
sin esperártelo, da bastante miedo (si lo meditamos desde la población nipona,
por eso de las mascarillas).
Sinceramente creo que el 90% de las personas que se vio la
peli, primeramente leyeron o vieron por youtube la leyenda y después descubrieron
que había una adaptación al cine y encima que era ponja y pues claro, ese plantel
tan apetitoso no se lo perdió ni este servidor. ¡¡MAAL!! Muy mal. Tenemos de
director al “inestable” Kôji Shiraishi, un hombre que tan pronto te puede
sorprender con un peliculaso de cinco estrellas (Noroi), como tirarte la garcha
más fea y pestosa como ella misma puede ser (Cult). En este caso trató este
mito de una forma bastante… propia podría decirse, y es ahí donde falla y el
porqué de tantos a los que como a mí, no nos gustó.
Al igual que con las adaptaciones de videojuegos a la gran
pantalla, evalúo en muy alta estima ese esfuerzo creativo de trasladar un
material original al formato cinematográfico de la mejor manera. Pero este caso
se sale de la tangente, ¿y por qué? ¿por qué hiciste eso, Kôji? Tenías el guión
prácticamente hecho, sólo quedaba rellenarlo para que ocupara 90 minutos y
punto, pero nooo le tuviste que meter una historia aparte QUE NADA TENÍA QUE
VER con la leyenda original. Es que me duele en el alma que teniendo de base el
macabro origen de Kuchisake, se lo cambie por la versión ésta en la que un
niñito le raja la boca a la bipolar y maltratadora de su madre y la forma en la
que se presentó esa idea, es tan ridículamente mala que dan ganas de gritarle a
la pantalla.
Puedo entender perfectamente que uno no se quiera ceñir 100%
al material original y quiera introducir algo nuevo y propio, pero esto es un
arma de doble filo que el director DEBE saber utilizar, y este no es el caso,
porque no se lo cree nadie. El origen de “Kuchi” ya tenemos claro que es más
estúpido que barrer el desierto, pero es que para más inri la propia cinta
denota evidentes signos de agotamiento, tanto es así que recurre al infodumping o esa escena en la que una
niñita de apenas 6 años le da la ubicación exacta de la guarida de Kuchisake,
así, tan sencillo oye. Pues vaya con la Dora esa, más fiel que un GPS la jodía.
Por otra parte tenemos la relación entre los dos profesores
y sus pasados oscuros que no llegan a cuajar de ninguna de las maneras, y menos
la del maestro, que oh! qué casualidad, está relacionado con Kuchisake! Éste y
más signos son los que denotan ese guión endeblucho constituido por “coincidencias”
fortuitas del destino que se van apilando una encima de otra.
Dentro de las actuaciones hay de todo, aunque ninguna destaca por encima de las demás.
Y del final…en fin, mejor vamos con los puntos positivos:
Ya se les ve el terror en las caras cuando ven a Kuchisake... |
Y del final…en fin, mejor vamos con los puntos positivos:
-Arranca pisando fuerte. Esos créditos iniciales me gustaron
mucho y la manera que muestra cómo una leyenda urbana se hace leyenda gracias a
la transmisión oral. Sí, de hecho podría decirse que el filme está bien durante
los 20 primeros minutos, hasta que entra en acción “Bobo-sensei” y su ridícula
capacidad extrasensorial para detectar cuándo el espíritu de su madre se pone a
secuestrar niños cual PedoBear.
-Trata el tema del bullying (muy de pasada) y del maltrato
físico que ejercen algunos padres a sus hijos (objeto tratado en varias
ocasiones: “Prayer Beads”, “Hikiko-San”…) de una forma muy potable, pero que se
cuela cuando pasa a ser un “repartir ostias porque son gratis”. Eso está demás,
no da terror ni nada.
-Kuchi: Lo mejor de toda la película, así de claro, y el motivo principal por el que no la suspendo. Empezando por su actriz, que la encarna de una manera espectacular dándole esa personalidad tan de leyenda, como el maquillaje y calidad de detalles invertidos en ella. Los efectos de la boca cortada me acojonaron cuando los vi por primera vez y ya ni hablemos de esos ojos carentes de cualquier afección. Desgraciadamente no se le saca todo el partido que se le podría haber dado y la ponen a dar patadas cual niño de 5 años berreando en el supermercado, LAMENTABLE. ¡Que tienes unas tijeras, úsalas más!
Esa mirada aterradora |
En fin, una desilusión como una casa que sólo se mantiene en
pie por lo comentado arriba, pero destacando al psicokiller como único
triunfante.
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