DIRECTOR: Peter Ho-Sun Chan
“Swordsmen” o como aquí llegó a España gracias a SelectaVision, “Dragon (Wu Xia)” (y creo que también internacionalmente tiene ese título) resulta esa típica película a la que la gente no le gusta, pero que a mí me encanta.
Ya de antemano aviso que soy un noob del cine de lucha
oriental, no me he visto nada de Jackie Chan ni de Bruce Lee y los conozco sólo
por lo que se habla popularmente: maestros de las artes marciales. Por lo que
desconozco si este filme es uno del montón, está lleno de clichés mil veces
vistos o qué; así que me voy a permitir reseñar la cinta desde mi ignorancia en
el campo aunque dudo que exagere en demasía.
Lo más destacable de la peli son sus maravillosos efectos
especiales. El ordenador se hace presente de una manera inapreciable, donde
vemos todo muy cuidado al detalle, desde la ambientación, los escenarios y los
efectos digitales especiales para ciertas tomas (como cuando el protagonista
corta con el sable una gota de agua y se ve a cámara lenta).
La película aunque pueda tener una historia algo simple y
que me suena a haberlo visto con anterioridad, lo que hace sacarla de lo común
es su gran dirección. Como filme de artes marciales podría enfocarse solamente
a las típicas escenas de lucha en la que vemos cómo los tíos se dan de ostias
orientales de una forma bastante chula y con la que el ciudadano de a pie se
queda con la boca abierta y algo eufórico (cuando no adrenalínico) por dentro,
cabiendo la posibilidad que cierta secuencia cinematográfica haya suscitado la,
a primera vista, suculenta idea de retomar el gimnasio. Pues sí, las escenas de
peleas están súper mega bien hechas, pero la cinta no gira entorno a ellas, y
eso es lo mejor.
Son un añadido, un extra para el entretenimiento que sirve
de válvula de escape a la historia personal que rodean a los protagonistas. Un
drama que se funde con una acción de una forma bellísima. Nuestro protagonista
(un fabricante de papel) gana una pelea contra unos bandidos que asaltan la
casa de su jefe. Rápidamente es proclamado un héroe en su aldea cuando se
enteran que aparte de malhechores, era unos criminales bien buscados por la
policía. Las cosas se torcerán cuando el detective encargado del caso empiece a
preguntarse cómo es que un simple trabajador pudo derribar a dos mercenarios
desalmados tan bien entrenados…
A partir de esa premisa nuestro detective (Takeshi
Kaneshiro) cuyos ideales sobre el bien y el mal, la ley y la conducta humana
(todo ello muy utópico) empieza a indagar acerca del popular salvador (Donnie
Yen), descubre trapos sucios que agitarán la paz y tranquilidad que ahora lleva
como vida nuestro protagonista. El plantel mostrado es exquisito, está muy bien
narrado y aunque al principio la peli comienza con aires de comedia barata y
pedorra, rápidamente recupera la compostura.
Como iba diciendo, la narrativa es esencial haciendo una
película y en esta ocasión estamos ante una dramática y que despierta muy
vivazmente varias emociones en el espectador (no, no vas a llorar). Creo que la
sencillez de la idea la convirtió sin quererlo en una grandiosidad curiosamente
desprestigiada por la crítica popular… La banda sonora tampoco se queda atrás,
aportando un plus y un empuje más que significativo; tres cuartos de lo mismo
para el vestuario, y a remarcar por el detective.
Además, la obra contiene unos muy buenos planos y se
desarrolla en la China medieva del siglo XII por lo que también está guay que
nos pongan por delante algo de historia de vez en cuando para sacarnos del
marco típico actual.
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