DIRECTOR: Kôji Shiraishi
La historia de Okaruto es especial. Para ello nos tenemos que remontar a una de las mejores y más famosas películas del director, Noroi. ¿Y qué tenía de particular? Pues que aparte de no tener a la yurei de turno paseándose por pantalla mostrando su pelo Pantene, era que estaba grabada en formato found footage y daba un miedo que te cagas. Aún recuerdo que la noche en que la vi me costó conciliar el sueño. Viendo el director que el experimento-Noroi le había sido un pelotazo quiso aprovechar el empujón y dirigió dos cintas con la misma temática: Occult y Shirome.
Si bien es cierto que aunque no guarda una relación estrecha
con la misma mitología que Noroi, este filme se las apaña muy bien, causando ese
terror psicológico y miedo a lo desconocido que en nuestros días tanto se ha
olvidado. La cinta nada más que empieza llama poderosamente la atención:
estamos en un parque natural donde unas amigas se están grabando con una
videocámara y de pronto, apreciamos cómo esa paz se esfuma mostrando a un grupo
de gente huyendo y gritando de algo y PUM! Corre título:
Como cualquier investigación que se haga hay que hablar con
los testigos y/o víctimas del siniestro, y en nuestro caso, el equipo interroga
a todas y cada una de las personas que aparecieron en la grabación, hasta que
dan con un tipo que les llama mucho la atención. El filme tal y como ya nos
mostró Noroi: The Curse, se torna extraño en el sentido que no sigue una línea
recta y hay que prestar MUCHA atención a los detalles y acontecimientos, pues
más tarde o temprano reaparecerán.
La ya comentada investigación que se torna hasta personal,
está muy bien cuidada y dirigida.
Respecto a las actuaciones, a mencionar la
del protagonista central “Shôhei Uno” y la del propio director (Shiraishi) a la
par del cameo que hace el famoso Kiyoshi Kurosawa, en el papel de experto en
piedras místicas. Y sí, otra vez me repito, “al
igual que en Noroi” la susodicha investigación es un juego de buscar la
siguiente pista, todo ello entornado en una atmósfera rara, inhóspita y perturbadora.
Uno de los mejores puntos que tiene la peli es que juega con
el espectador, confundiéndole ficción y realidad en muchas ocasiones casi a la
par, tirándole abajo muchos esquemas. Hay filmes que intentan eso pero fracasan
estrepitosamente en el intento, Occult ya les digo que no.
Lo mejor: Una novedad en el Asian-Horror y su narrativa,
además de tener una música tan terrorífica por momentos que te deja torcido. El
final.
Lo peor: Los efectos especiales por ordenador. Si vas
buscando una “Noroi 2” te desilusionará.
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