26 sept 2016

Curse of the Dog God

AÑO: 1977
DIRECTOR: Shunya Ito






















Antiguamente el cine de terror giraba en torno a maldiciones de víctimas con final trágico sobre sus asesinos en vida, pero reencarnados en forma de algún animal con gran poder místico según la religión sintoísta (generalmente gatos, perros o zorros). El padre de Sasori después de la trilogía original realizó esta película, una extraña a primeras pero interesante a segundas, maldición de un cruel Dios Perro.


Lo mejor y a la vez peor es la historia del film, digo lo último porque es harto difícil comprender la peli la primera vez que la ves, y de necesitado visionado, hay que estar con todos los sentidos puestos sin perder detalle. Yo, por ser como soy no tengo problemas en esto, de hecho me gustan las películas que me hacen pensar y le tengo que dar vueltas a la cabeza; pero para otros…eso ya a gusto personal. Retomando lo que iba diciendo:

La cinta comienza con unos trabajadores de una mina en busca de un pico de uranio donde extraer el mineral y que sin querer derriban un pequeño altar a pie de carretera con su jeep. Si eres medio sabedor de cómo van estas cosas en la cultura asiática, también sabrás que los pobres desgraciados acaban de cavarse su propia tumba; y eso es lo que pasa. Uno de ellos digamos que es más sensible que los otros al incidente y el espectador supone que por ello se convierte en el protagonista. El mal augurio está por todos lados hasta tal punto que sus allegados irán muriendo, sino por la maldición por una especie de conflicto entre dos clanes del pueblo de su esposa (la hija del propietario de la montaña). Éste es el porqué de lo que dije antes (eso de historia confusa) ya que uno tiene que separar las desgracias ocasionadas por la maldición, de las causadas por el clan rival. Según dicen los ancianos, los más pobres y débiles son los que más sufren, y es lo que vemos en esta película. ¿Mala suerte? Tal vez, pero ojo, no confundir los dos temas que he diferencia frases atrás.


PARTE EXPLICATIVA CON SPOILER:

Ryuji (el protagonista) pierde para empezar a sus dos compañeros que iban con él en el Jeep y a su esposa por la maldición del Dios Perro. Una vez pasado esto, vemos el trato que se llevan el clan Kenmochi (personajes de interés: Reiko, la esposa de Ryuji y Mako, la niña) y el clan Terumi (personajes de interés: Kaori, la mejor amiga de Reiko y que ama en secreto a Ryuji; Isamu, el chico que perdió a su perro Taro; Kimiyo, la madre; y Kôsaku el padre que es propietario de una montaña). Los Kenmochi odian a los Terumi por varias cuestiones, entre ellas, culparlos de crear la Maldición; cuando nos damos cuenta que no es así. Simplemente son una pobre y humilde familia que subsiste como pueden.

El protagonista dolido, perdido y depresivo culpa al Dios Perro de lo que ha sucedido y destroza su altar desatando otra vez la maldición (*) Más tarde rescata de un río inconsciente a Kaori, y así Ryuji es odiado también por el clan de su esposa. La familia de Kaori acoge al ahora, fugitivo Ryuji. Con el tema del Dios Perro de por medio, la muerte reciente de Reiko y para colmo el ácido sulfúrico de la mina se mezcla con las aguas del pueblo, diezmándola; El clan Tenmochi culpa al contrario de todo lo sucedido y así el padre de los Tenmochi envía a los motoristas salvajes a acabar con los miembros del clan Terumi en una escena bastante triste y desoladora. El padre (Kôsaku), que en un principio no creía en el Dios ni nada, se auto convence de tal ente y culpa al nuevo perro (el negro) de la matanza de su familia, pero como no puede matarlo por sus nobles ideales (recordemos la posición de su familia) le deja la cabeza al descubierto y un pollo de alimento.

Al día siguiente vuelve esta vez convencido, y tras ser mordido por el perro como acto de la consagración del ritual que realiza, muere, maldiciendo a la aldea y más concretamente al clan enemigo. Esto lo ve Mako, personaje que según vemos siempre está mirando lo que sucede a su alrededor sin inmiscuirse en nada, y queda poseída por el espíritu del Dios Perro. ¿Y cómo es que ha vuelto la maldición otra vez? Por lo que hizo sin quererlo Ryuji (*).

Dolido a más no poder por haber perdido a aquellos que lo acogieron cuando más lo necesitaba, Ryuji toma la katana de Kôsaku y busca venganza del clan de su difunta esposa. Estamos en el final de la película, y en el establo/granero de los Tenmochi, el padre cuenta la verdadera historia del origen del Dios Perro; muriendo así la madre, el padre y el hermano “bastardo” de los Tenmochi. La multitud huye presa del pánico. Lo que queda de metraje es una lucha entre el Dios Perro (que ha poseído a Mako) y el protagonista. Ryuji accidentalmente mata a Mako en un intento de terminar con el Dios Perro. Con todos sus familiares y amigos cercanos muertos por acción de La Maldición, se suicida tirándose al pozo. Mako resucita gracias a la liberación del ente maligno y como única superviviente de la matanza colectiva.

FIN DE LA EXPLICACIÓN DE LA PELÍCULA


En cuanto al aspecto técnico destacar la preciosa música de Shunsuke Kikuchi (Dragon Ball), las actuaciones (la del protagonista es la mejor), los efectos especiales de la vieja escuela (secuencias Stop-motion y maquillaje) y los escenarios/paisajes (muy buen atrezzo).



Más que acertado drama con tintes de terror de antaño que personalmente me sorprendió más de lo que pensaba, 





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