9 dic 2016

Lesson of the Evil

AÑO: 2012
DIRECTOR: Takashi Miike

























De este polémico y amado director del cine de terror japonés aún me queda un amplio número de películas que ver, pero a medida que avanzo creo que voy perdiendo el interés. Ya con “Llamada Perdida” me llevé una decepción con lo que se comentaba de este hombre y nuevamente me vuelve a pasar. ¿Y la magia? Tal vez habrá que buscarla en sus inicios, con Audition e Ichi The Killer o mismamente la saga yakuza…

Lesson of the evil o “Aku no Kyoten” es un slasher con un toque tarantiniano que en su intento de destacar y ser original cae en numerosos tópicos del género que no me voy a poner a enumerar por la gran cantidad que son. Basta decir que la película no sorprende en ningún momento, ya que desde el inicio sabes quién es el malo y quienes van a morir, ergo la gracia radica en la forma de contar la historia. Esto es lo mejor que tiene la película y lo único que me gustó, es decir, la forma en la que es narrada esa presentación de los personajes y nuestro profesor protagonista (aquel que todo el mundo quiere de una u otra forma) y cómo poco a poco nos percatamos que hasta los más santos tienen un lado oscuro.

Esa progresiva evolución del personaje principal está muy bien llevada, de una forma profunda y que aunque puede llegar a hacerse larga, no es más que una base, un preámbulo que más tarde justificará plausiblemente los hechos y acciones que hará nuestro simpático profesor de instituto. Pues bien la primera hora trata de una forma pausada pero con buen ritmo lo comentando anteriormente, y así la segunda parte a la que se le dedica generosamente mucho tiempo (demasiado en mi opinión) lo que el público anda buscando, sangre y vísceras por todos lados.

Personalmente la matanza en masa la he terminado aborreciendo con el tiempo, no le encuentro ningún sentido y lejos de entretenerme me parece estúpidamente absurda. Así que cuando me tengo que tragar más de media hora de asesinatos a sangre fría y sin ton ni son pues que quieres que te diga, empiezo por aburrirme y dejar de tomarme en serio toda esa maquinaria que le ha costado lo suyo poner en funcionamiento en la primera parte del film. Una lástima a mi parecer, pero bueno, esto no hace más mala a la película (en absoluto) sino que podría haberse reducido la carnicería a menos tiempo de metraje; pero si es el toque del cineasta eso ya es otra cosa, igual me sigue pareciendo lo mismo.

Otro elemento muy recurrente es la fotografía y los efectos especiales, no solo en el momento splatter sino en el transcurso de la historia. La cámara bien entrenada logra coger al vuelo muchos detalles bastante curiosos que suman puntos, al igual que las actuaciones, un cast de actores fetiche para el artista o caras conocidas de “Confessions (2010)”.

Lo mejor: El trabajo de la dualidad del protagonista

Lo peor: Ese final físicamente inverosímil y estúpido cuanto menos, ¿va en serio?

Antes de terminar, mencionar con gran pesar los varios clichés totalmente predecibles que a un fan del cine de terror oriental (como yo) le molestan ver a estas alturas.


Pasable,


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