21 nov 2016

Blue Demon

AÑO: 2014
DIRECTOR: Daisuke Kobayashi





















Me considero una persona muy paciente y perseverante en cuanto a adaptaciones de videojuegos se refiere, pero todo en esta vida tiene un límite y “Ao Oni” lo superó. En un principio solo me iba a ver la película y punto, ya que su atractivo póster y sinopsis me embaucaron, pero una vocecita me dijo por ahí que primeramente jugara al indie game. Yo os digo lo mismo, si tenéis oportunidad echaros unas partidas al juego porque merece muchísimo la pena (tiene acertijos al más puro estilo “Monkey Island” o “Maniac Mansion” y esto se agradece gratamente en nuestros días…).

La premisa es bastante simple: un grupo de jóvenes entra en la llamada “jail house”, una mansión abandonada, para investigar un poco y hacerse los machotes. Las cosas se torcerán cuando tras un breve incidente desaparezcan todos tus compañeros y tengas que buscarlos. Y ahí estás tú, delante del teclado y listo para una aventura de estrategia y de terror al más puro estilo de los juegos de antaño ochenteros.

En este tipo de adaptaciones lo que uno anda buscando es que mantenga el hilo original del videojuego (tarea también muy difícil considerando que hay que comprimir en al menos un par de horas todo lo que se tarda en el video juego). Si tenemos lo anteriormente dicho en cuenta podemos comprobar que el film se esfuerza por llevar a cabo la esencia del juego pero otra cosa muy distinta es que te funcione correctamente, y claro está que no lo logra porque este life action es una basura colosal de proporciones titánicas.

Para empezar la presentación y posterior puesta en escena del grupo protagonista es PENOSA  no, lo siguiente, pareciera como si la película te chillara desesperadamente que no empatices con ninguno de ellos porque al fin y al cabo no te da tiempo, cuando no andan descuartizados en pedazos… La psicología de estos personajes son la viva definición de “vacía”, no tienen nada ni siquiera un atisbo de personalidad suya propia que no haya sido copiada de otros tantos personajes casi idénticos a ellos. Por otro lado tenemos los típicos diálogos espantosos re ciclados y re utilizados sacados del típico anime moderno basura en el que el protagonista tiene complejo de pene pequeño y le avergüenza hasta mirar a una tía a los ojos, y de esto podemos saltar a la artificial relación entre los congéneres…

La búsqueda de pistas para poder seguir adelante (que era otro fuerte del juego) aquí no es más que una bromista gymkana cuya realización provoca sueño y aburrimiento. Lo mismo pasa con el plot twist final, que tira del maltrato escolar de turno para dar lástima. Perdona pero a estas alturas de la ya segunda década del siglo XXI no cuela. Las actuaciones mejor ni las nombro por miedo a que me dé una úlcera de estómago.

La música es paupérrima y los efectos de la cámara por delante del protagonista cuando va corriendo dan arcadas, en un intento de copiar las mismas técnicas empleadas por algunos youtubers.

Lo único salvable son los efectos digitales y los FX’s invertidos en los Oni (demonios azules), pero que al igual que el resto de metraje son desaprovechados sin explicarte su origen ni para qué están ahí ni nada.

Maloliente cinta escrita en una tarde y dirigida en cuatro ratos por un adán con síndromes de grandeza.

Una de las peores películas que he visto en el cine de terror japonés y una vergonzosa calamidad de adaptación.



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