DIRECTOR: Kôji Shiraishi
Después de ver unas cuantas películas suyas puedo decir que
este cineasta se mueve por “modas”, según le dé al hombre. Entrando al mundillo
del terror probó la senda de las SadaNami’s, pasando a su trilogía found
footage y ahora ésta, donde nos encontramos, con las leyendas urbanas. Si bien
es cierto que siempre he dicho que me cae bien este hombre, empiezo a dudarlo
como director, pues quitando Noroi y Occult lo demás son mediocridades o menos
políticamente incorrecto, basura. TekeTeke 2 es la secuela que nadie pidió, ya
con la primera hizo todo lo que quiso sobre su urban legend monster y no
entiendo para qué sacar una segunda entrega cuando la primera fue una
catástrofe y encima ni del dinero podemos decir, porque si la anterior recaudó
lo justo, de esta ya ni hablemos…
Lo digo desde ya, si crees que en esta nueva entrega te vas
a cagar de miedo o piensas que va a superar a la otra, estás muy equivocado. La
película es corta, pero se hace tremendamente larguísima, deseando que termine
de una vez por todas dándote igual si se mueren todos, no, 2 o 3. Sobre la
trama decir que en esta ocasión, nos alejamos del estándar definido en “TekeTeke”
(esa especie de investigación pedorra, ¿recuerdas?) para pasar por el aro el
típico slasher fantasmil adolescente. ¿El origen? Una pendejada escolar re contra
vista hasta la saciedad y que en su intento de dar lástima, da vergüenza ajena.
De hecho no entiendo esa especie de “zascas” o “turn down for whats” que se
tiran las japonesas porque se les puede callar la boca tranquilamente con una
tontería, pero en vez de hacer eso hay que seguir unas pautas de lo más
estúpidas (y esto a la larga cansa, pero muchísimo). De hecho hay cierta escena
donde ¿la prota? se va a encarar contra la reina de las abusonas (que no falte
el estereotipo de ser una zorrona, por favor) y claro yo estaba esperando el
DAB con la caja de palomitas en la mano ¿y sabes lo que pasa? Pues que baja la
mirada para un lado y se va…
y PUNTO |
No sé qué resulta más patético, la interacción entre
nuestros personajes planos y vacíos (y el virgencito ese tímido con complejo de
pene pequeño sacado de una anime moderno), la propia historia que aunque al
principio engancha, al poco se va por el desagüe o el final. Sinceramente,
cuando termina, te quedas igual que al principio y con sensación de haber
perdido un valioso tiempo.
Lo bueno: colegialas sexys (y sobretodo la protagonista) y efectos
especiales para ser una producción de bajo coste (bien cuidados)
Lo malo: el resto (sí, mete también las artificiales
actuaciones y caras descompuestas por
estreñimiento).
Somnífero médico,
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